Que vayan a aprender algo útil

Desde mi humilde atalaya quisiera unirme a las miles de personas, estudiantes (como fuimos tú y yo), profesores (compañeros míos) y personal auxiliar (que nos facilitan mucho la vida). Hace años, cuando un hombre santo se enteró de que los "hombres de paz" habían intentado borrar del mapa el santuario de Torreciudad, en vez de reaccionar como lo habría hecho yo, soltando sapos y culebras y otras palabras no aptas para menores, dijo "vamos a rezar para que la próxima vez que vayan a Torreciudad sea para confesarse". Ese hombre fue uno de mis más ilustres compañeros: Don Álvaro del Portillo y Diez de Sollano.
Bueno, pues salvando las distancias, vamos a emular a don Álvaro y a rezar para que la próxima vez que vayan al Campus de Navarra sea para aprender algo útil. Y si está abierto el Oratorio, a ver si se confiesan.
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